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Bayón, Gonzalo | Reseñas históricas | Ciencia y tecnología | Marinos | La Pola | Lena | Comarca de la Montaña Central | Centro de Asturias | Montaña de Asturias | Asturias | Principado de Asturias | España | Europa.
Descripción
Gonzalo Bayón - —o Gayón— participó en la conquista y colonización de América. Marino natural de Pola de Lena, alcanzó el título de piloto en examen efectuado ante la Casa de Contratación de Sevilla hacia 1546, emprendiendo más tarde una serie de viajes exploratorios por las Indias.
El campo de acción donde actuó este asturiano en el Nuevo Mundo fue principalmente en La Florida, nombre con el que entonces se conocía las tierras y costas atlánticas de EE. UU., desde el canal de las Bahamas hasta Virginia. Hacia esta área los españoles enviaron numerosas expediciones colonizadoras —Juan Ponce de León (1513 y 1521), Lucas Vázquez de Ayllón (1526), Pánfilo de Narváez (1528), Hernando de Soto (1539)—, fracasando todos ellos. Ello produjo cierto abandono por parte de España de estos lugares, hasta que Felipe II ordenó a su virrey de México, Luis de Velasco, que organizase una flota para conquistar y colonizar aquella región.
En tanto se preparaba y equipaba el ejército expedicionario, el virrey despachó un navío con la misión de descubrir e inspeccionar las bahías y puertos de La Florida a fin de buscar un lugar adecuado donde fundar la colonia, nombrando para esta misión a Gonzalo Bayón como piloto mayor de la nave y a Juan de Rentería como capitán. «Gonzalo Gayón trabajó de su oficio y con su persona bien e diligentemente y descubrió el puerto de Polonza que es en la dicha costa y el puerto de la Filipina y la costa de Apalache y costa de Medanos que es en la dicha tierra de la Florida» (Información de méritos y servicios de Bayón).
El puerto de Polonza, a que hace alusión el lenense —su primer descubridor—, es actualmente la bahía de Pensacola —en la región noroccidental de La Florida, cerca ya de la línea fronteriza con Alabama—, eligiéndose este sitio como el más idóneo para asentar la colonia.
El 13 de julio de 1559 la armada partía de Veracruz llevando en sus trece barcos a 500 soldados, 1.000 colonos, algunos indios, 240 caballos y abundantes provisiones. Don Tristán de Luna y Arellano iba como capitán general y gobernador de La Florida, mientras que Gonzalo Bayón se le designó piloto mayor de la flota. Sin muchos problemas el convoy atravesó el seno mexicano, fondeando el 14 de agosto en la bahía de Pensacola. Seis días después un huracán azotó la zona haciendo pedazos las naves. Las pertenencias de los colonos y todas las provisiones que traían y que les hubieran servido para alimentarse más de un año se perdieron por completo.
Tristán de Luna, temiendo por la vida de todos, envió patrullas por el interior de la región en busca de alimentos. Una de ellas descubrió un poblado de 80 casas llamado Nanipacna —en el condado de Monroe, Alabama—, donde hallaron para su alegría maíz y frijoles. El gobernador ordenó evacuar entonces Pensacola y trasladarse allí; pero en breve tiempo terminaron con los víveres de Nanicpana, debiendo la mayoría retornar a la costa, en tanto que un cuerpo expedicionario de 200 soldados emprendía viaje al territorio de los indios coza donde se decía abundaba la comida.
La cada vez más precaria situación en que vivían los españoles llevó al vicario fray Pedro de Feria a aconsejar a Tristán de Luna que enviase dos barquecillos que se habían salvado del huracán a pedir ayuda México.
Aderezadas las dos naves, parten en ellas algunos religiosos y otras personalidades junto a Gonzalo Bayón, quien los condujo sin problemas a La Habana, desde donde, en un barco de mayor porte, pasaron a México a dar cuenta al virrey del desastre de la armada y de la precaria situación en que quedaban los demás españoles.
De inmediato Luis de Velasco manda que Ángel de Villafañe lleve dos barcos con abundantes regalos, pan y vino. El asturiano Bayón, en su oficio de piloto mayor, acompaña a Villafañe en esta misión, llegando a Pensacola el 14 de marzo de 1561 ante el regocijo general. Ángel de Villafañe traía, además del socorro, órdenes del virrey de sustituir en el mando a Tristán de Luna, que se encontraba enfermo, y de trasladar la colonia a la costa atlántica de La Florida.
En las semanas siguientes el piloto lenense cooperó estrechamente con Villafañe en llevar a los numerosos colonos y soldados a La Habana. En Pensacola solamente quedó una guarnición de 70 soldados con el gobernador Tristán de Luna, quien por pundonor no quiso abandonar la zona sino continuar el descubrimiento; pero el virrey le ordenó después que regresara México con sus hombres, abandonándose por algún tiempo Pensacola.
Entretanto, en Cuba, Villafañe preparaba el traslado de los colonos y soldados —algunos se quedarían en La Habana— a la actual Carolina del Sur, contando de nuevo para este menester con la inapreciable ayuda y experiencia demostrada de Gonzalo Bayón. En mayo de 1561 la nueva flotilla partía de La Habana iniciando la travesía a la costa atlántica de los actuales EE. UU.
En este viaje el asturiano alcanzó el actual Estado de Virginia, siendo, junto con Villafañe, los primeros españoles, y sin duda también los primeros europeos que visitaron la gran bahía de Chesapeake —Santa María o de la Madre de Dios, como la bautizaron los españoles—, cuarenta y seis años antes que los ingleses llegasen aquí y fundasen su primera colonia en el Nuevo Mundo: Jamestown. En la exploración de la bahía de Chesapeake, Bayón y Villafañe tomaron contacto con los nativos, haciendo prisionero al hermano del jefe indio de esta región que llevaron consigo a la punta de Santa Elena —actual Port Royal, en el Estado de Carolina del Sur—, comarca a la que arribaron el 27 de mayo. Luego de remontar el río Port Royal o Santa Elena cinco o seis leguas, Ángel de Villafañe ordenó desembarcar, tomando posesión del lugar en nombre del rey de España. Al parecer este sitio no gustó a la mayoría de los colonos españoles por lo pantanoso del lugar y los pocos indígenas que había. Villafañe no encontró otra solución que evacuar el lugar y trasladar a los españoles más al Norte. El 8 de junio, luego de doblar el cabo de Román, llegaron al río Jordán —hoy Pee Dee—, donde instalaron la colonia.
La mala disposición del terreno y el clima adverso hacía muy difícil la supervivencia de los colonos en este área. Un mes después de su llegada, Ángel de Villafañe ordenó evacuar definitivamente la zona, regresando con Bayón y los demás colonizadores a La Habana. El marino asturiano y Villafañe partieron luego juntos hacia México, pasando antes por Pensacola para recoger, probablemente, a Tristán de Luna y los soldados que habían quedado allí.
No paró mucho tiempo el lenense en la ciudad de México, ya que al poco de llegar el virrey le dio un navío para que fuese a España a llevar ciertos despachos. Llegado a La Habana, el gobernador de Cuba, Diego Mazariego, teniendo noticia de las habilidades y suficiencia del asturiano y que era un gran conocedor de las tierras y costas de La Florida, le retuvo en la isla en espera de encomendarle alguna misión de importancia.
Mientras Gonzalo Bayón permanecía inactivo en Cuba —estuvo aquí retenido cerca de ocho meses—, el 2 de febrero de 1562 varios cientos de hugonotes franceses al mando del capitán Jean Ribault zarparon en dos navíos del puerto de Diepre, alcanzando dos meses después la costa norte de la península de La Florida. Siguiendo el litoral en dirección norte fondearon en la actual Port Royal —donde meses antes había estado el lenense—, edificando en un islote que hacía el río un fuerte que llamaron Charlesfort. Aquí se quedaron 26 hombres mientras que Ribault con los demás regresaba a Francia para traer nuevos refuerzos. La escasez de víveres y las disensiones internas llevaron a los colonos de Charlesfort a fabricar una embarcación y volver también a Francia.
Felipe II, sabedor por Chantonnay —su embajador en Francia— de esta incursión protestante en sus dominios, mandó a su gobernador en Cuba que enviase un navío de reconocimiento a La Florida a destruir dos hitos o mojones con el escudo del rey de Francia que Jean Ribault había colocado en La Florida, así como de demoler Charlesfort.
Proveída una fragata surta en el puerto de La Habana de abundantes vituallas y artillería, Diego Mazariego nombró a Gonzalo Bayón piloto mayor de la misma y a Hernando Manrique de Rojas capitán de los treinta soldados que debían acompañarles. El 12 de mayo de 1564, Bayón dejaba las aguas de La Habana y después de ocho o diez días de navegación alcanzaba la costa floriana a la altura en que hoy se alza Palm Beach. Desde aquí comenzó a explorar el litoral, deteniéndose a inspeccionar las bahías, puertos y las desembocaduras de los principales ríos. De esta manera recorrió la costa de La Florida y Georgia, trabando amistad con los nativos que salían a recibirles. Al llegar a la punta de Santa Elena, Gonzalo Bayón y sus compañeros supieron por un indio que tierra adentro, no muy lejos de allí, vivía un cristiano. Manrique de Rojas envía a este mismo indio con una cruz como mensaje a buscarle. Resultó ser Guillaume Rouffi, un joven francés de la expedición de Jean Ribault que se había casado con una india de la tribu de Orista, dominadora de esta zona. Y cuando sus compañeros de Charlesfort decidieron retornar a Europa, él se quedó a vivir con los aborígenes cuya lengua aprendió.
Gonzalo Bayón y Manrique de Rojas llevaron consigo a Rouffin para que les sirviese de intérprete. Por él supieron la ubicación del mojón o columna que Ribault colocara cerca de Port Royal —el otro hito no lo pudieron hallar—, el cual subieron a la fragata. Dice el piloto asturiano que esta columna era «de mármol de altura de un hombre la cual estaba puesta y fijada en la tierra como a manera de mojón en la cual dicha piedra estaban esculpidas tres flores de lis y una corona encima y una letra como esta K y en letras de guarismos». El fortín Charlesfort lo hallaron completamente vacío, ordenando Manrique de Rojas destruirlo y quemarlo.
El piloto asturiano exploró en los siguientes días la costa de Carolina del Sur, sondeando catorce puertos y numerosos ríos, además de medir las mareas. Principalmente reconoció el puerto y río de Santa Elena o Port Royal que, según él, tenía cinco brazas y resultaba muy propicio para recoger a navíos de gran calado. No sólo el lenense se dedicaba a inspeccionar el litoral, sino que también fue tierra adentro con el capitán Rojas y una guardia de 24 hombres armados. En todos los lugares que visitaron les salían de paz los indios, quienes les daban abundante comida de venados, conejos, tejones, maíz, frijoles, frutas, etc.. A cambio de todo ello, los españoles les correspondían entregándoles baratijas europeas y colocaban en estos lugares cruces, dando a entender a los indios que las tuvieran en gran estima y respeto.
Con gran pesar y tristeza de los indígenas, los expedicionarios españoles dejaron Carolina del Sur llevándose a La Habana al francés Rouffin y el mojón de Ribault que entregaron a Mazariego. Éste encomendó entonces a Bayón que fuese en una carabela de aviso a España para dar cuenta al rey de todo lo que había visto y descubierto en el anterior viaje.
Mientras tanto, una nueva expedición de trescientos hugonotes franceses al mando de René de Laudonniére llegaba a La Florida pocos días después de que abandonase este lugar el asturiano, construyendo cerca de la desembocadura del río Mayo —el actual St. Jhon River— Fort Carolina.
Alarmado por estas noticias y de que el capitán Jean Ribault estaba a punto de zarpar de Francia con otros siete barcos para llevar más refuerzos a Fort Carolina, Felipe II determinó enviar una armada hacia aquella región norteamericana para expulsar a los franceses y colonizar definitivamente La Florida, eligiendo para comandar esta vital empresa el avilesino Pedro Menéndez de Avilés.
Al igual que otros varios cientos de asturianos, Gonzalo Bayón se alistó en la empresa, nombrándole el Adelantado Pedro Menéndez de Avilés maestre del San Andrés, una chalupa de cien toneladas. Al mando de esta nave, el piloto lenense partió con el Adelantado el 28 de julio de 1565 a La Florida, y con él participó en el intento de abordar la flota de Jean Ribault surta en río Mayo, persiguiéndola posteriormente durante horas sin darle alcance. Bayón estuvo igualmente presente en la fundación de San Agustín —la primera ciudad edificada en lo que hoy es EE. UU.—, contribuyendo a su consolidación, trayendo en el San Andrés ganado y abundante comida de la isla de Cuba y La Española, además de cumplir otras misiones que le confió el Adelantado Pedro Menéndez de Avilés.
Fuente: José Ramón Martínez, Rogelio García y Secundino Estrada, «Historia de una emigración: asturianos a América, 1492-1599», Oviedo, 199
Concejo de Lena
Fronteriza con la Meseta, Lena ha sido plaza defensiva y puerta de Asturias al mismo tiempo, y ha visto y ve como miles de viajeros y peregrinos se adentran en Asturias por sus caminos, jalonados de historias, y entre montañas y puertos que son retos deportivos y donde las nieves son casi eternas.
Los concejos (municipios) que limitan con el Concejo de Lena son: Aller, Mieres, Quirós y Riosa. Cada uno de estos concejos (municipios) comparte fronteras geográficas con Lena, lo que implica que comparten límites territoriales y pueden tener interacciones políticas, sociales y económicas entre ellos.
Comarca de la Montaña Central
Corazón de la Cordillera Cantábrica con cumbres y puertos que traen a la memoria gestas heroicas; vías romanas y camino de Santiago; escondite idílico de Reliquias; aldeas de ensueño; templos Patrimonio de la Humanidad; estaciones de esquí; minería, patrimonio industrial y un Parque Natural que es Reserva de la Biosfera.
La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Aller, Lena, Mieres, Morcín, Ribera de Arriba y Riosa. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.
Conocer Asturias
«Además, Asturias es conocida por su rica tradición gastronómica. La sidra asturiana, los quesos, el pescado y marisco fresco, y la fabada asturiana (un guiso de alubias) son solo algunas de las delicias culinarias que se pueden disfrutar en la región.»
Resumen
Clasificación: Reseñas históricas
Clase: Ciencia y tecnología
Tipo: Marinos
Comunidad autónoma: Principado de Asturias
Provincia: Asturias
Municipio: Lena
Parroquia: La Pola
Entidad: La Pola
Zona: Centro de Asturias
Situación: Montaña de Asturias
Comarca: Comarca de la Montaña Central
Dirección: Pola de Lena
Código postal: 33630
Web del municipio: Lena
E-mail: Oficina de turismo
E-mail: Ayuntamiento de Lena
Dirección
Dirección postal: 33630 › Pola de Lena • La Pola › Lena › Asturias.
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